miércoles, 14 de noviembre de 2007

Sobre las Películas

EL DECAMERÓN

El "Decameron", que con "Los cuentos de Canterbury (I racconti di Canterbury)" y "Las mil y una noches (Il fiore delle Mille e una notte)" compone la "Trilogía de la vida", se basa en nueve cuentos de Giovanni Boccaccio. Con esta película, Pasolini se proponía expresamente recuperar el lado jocoso y natural de la sexualidad, abatiendo los tabúes que suele llevar aparejados. También por este motivo, trasladó la acción de la Florencia de Boccaccio a Nápoles, con su clima laico y su dialecto inmutado en el tiempo. Dos de los episodios hacen de guía a los otros siete: el de Ciappelletto, hombre libertino e inmoral que al borde de la muerte pasa por santo, y el del alumno de Giotto, interpretado por el propio Pasolini. El alumno de Giotto sueña con el infierno y el paraíso en forma de pinturas del siglo XIV.

La película empieza con el cuento de Andreuccio da Perugia, llegado a Nápoles para comprar unos caballos. En un turbio callejón, una muchacha que se hace pasar por su hermana le roba y termina echándolo en un pozo negro. Andreuccio se deja convencer por unos ladrones de expoliar el cadáver de un arzobispo, para quitarle un rubí que lo compensa del robo que ha sufrido. Otros cinco de los nueve cuentos están dedicados a temas licenciosos. Por ejemplo el de Masetto da Lamporecchio, un hortelano que se finge sordomudo y mentecato para entrar al servicio de las monjas de un convento y experimentar con ellas las delicias del lecho compartido. En el episodio de Peronella, ésta obliga a su marido a limpiar esmeradamente el interior de una tinaja y, mientras el hombre se afana en su labor, ella se entretiene con un joven amante. En otro cuento, la joven Caterina aguarda a su enamorado para cuidar de su "ruiseñor". En el penúltimo episodio, el cura Gianni, con el pretexto de un encanto, posee a Gemmata ante los ojos del estúpido marido. En el último, Tingoccio convence a su amigo Meuccio de que acaba de volver del más allá para asegurarle que hacer el amor en el paraíso no es pecado.



LOS CUENTOS DE CANTERBURY


Segunda entrega de la "Trilogía de la vida" de Pasolini. Al igual que la primera entrega, se trata de un conjunto de historias que intentan describir la época renacentista inglesa, basándose en los cuentos de Chaucer. Esta vez los relatos son más oníricos, de una naturaleza más decadente y rozando el puro surrealismo (como la tremenda escena del infierno). Pero todas las historias no están exentas del humor satírico que imprime Pasolini a esta fábula terrenal. Aunque esta vez Pasolini peca de autohomenaje y de aportar pocas ideas nuevas. Mención especial al cápitulo de homanaje al personaje de Chaplin y el capítulo interpretado por una de las hijas de Chaplin..

Agotados de caminar durante las largas noches de campamento, un grupo de peregrinos en dirección a Canterbury se entretiene relatando cuentos en los que se ironiza sobre la existencia y las debilidades humanas, mezclando lo inocente y lo sagrado, lo popular y lo culto. Segunda entrega de la famosa y controvertida Trilogía de la vida del polémico poeta y director italiano P.P. Pasolini: trilogía mítica y evocativa de los pueblos antiguos y del tiempo perdido, que se completa con El Decamerón y Las mil y una noches. Los cuentos de Canterbury está basada en relatos del escritor inglés Geoffrey Chaucer (1343-1400). Pasolini se apodera de la obra de Chaucer y privilegia el fabliau, una forma poética medieval (relato breve y obseno), sobre otros géneros medievales evidentes en los textos del escritor. Los cuentos de Canterbury se transforma, entonces, en la visión “en movimiento” de un procedimiento literario ya extinto: la insistencia de Pasolini en el acto sexual, la escatología y la genitalidad más franca pide ser vista como parte integral de sus motivaciones artísticas. Si el texto original concluye con la frase "Aquí termina el libro de los Cuentos de Canterbury compilados por Geoffrey Chaucer, de cuya alma tenga piedad Jesús. Amén", Pasolini, en pantalla como el mismo Chaucer, subvierte la frase: "Aquí acaban los Cuentos de Canterbury, contados por el solo placer de contar. Amén".

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